El suelo verde presenta margaritas de
mayo y cascaras de huevo rotas
con forma de cuna
blancas
amarillentas por dentro
vestigio de la primera piel.
He depositado una cuenta negra en el
interior de una y ahora parece
el ojo implacable de la diosa.
Las bayas encapsulan la sangre de los
primeros hijos del sol
y los hijos de estos conforman un manto
blanco que viaja con el viento.
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