Hoy
fui a un museo
vendían
toda clase de arte
me
gusto un Velazquez, carísimo
llame
decidido al digno poseedor
y
me aseguro que al comprarlo por cien mil
euros
me
darían mil cafés en la cantina del museo
dije
que tenia que pensarlo
y
continué camino con la sensación bailando
en derredor de que algo se cuajaba
por
todas partes los escaparates de los bancos ofertaban una vida mejor
solo para mi
a
un coste ridículo y al alcance de la mano
firmante de un gran hombre inteligente
por
la calle busque un policía al que preguntar por la dirección
de un concesionario
pero
uve de conformarme con una señora bajita
de cara redonda que me miro cual extranjero
están
muy ocupados desalojando gente de sus
casas, bueno de las casas de los bancos
contrariado
eche un pie tras otro hasta alcanzar un polígono
anexo plagado de tiendas
en
una de ellas entre, dispuesto a salir rodando un carro a mi altura
el
tipo, el vendedor adulante, lubrico bien mi orgullo
insalivando
ventajas para hombres decididos
aseguraba
triunfos masculinos irrefutables
me
decidí por uno que afirmaba solo los dioses debían
montarlo
y
saque los fajos dispuesto en ancha sonrisa
el
jambo concluyo que me regalarían cien
litros de aceite para motores
entonces
pensé y dije que debía pensar
salí
de allí con cúmulo
de sentimientos encontrados en la cabeza
unos
metros mas adelante paro un hombre en furgoneta, me saludo y dijo
¿tienes
hambre?
iba
montado en un vehículo transformado en
casa tienda de comida
hacia
bocadillos y dormía en el mismo sitio
yo
estaba aturdido por la mañana complicada, pero mi estomago pidió
un super destroyer
consistía
en rebanada de pan, loncha queso, tiras beicon, tomate pera en
rodajas
loncha
queso y salsa oscura secreto de la casa.
estaba
bueno, que va, buenísimo, el tipo pincho
una música agradable mientras engullía
sabroso almuerzo, al termino le dije, ¿que le debo amigo?
nada
¿como
nada?
nada
no
entiendo
nada
¿entonces
es gratis?
nada
¿y
de que vive usted?
gane
miles de millones, y mientras forjaba mi imperio industrial, lo perdí
todo, familia, esposa, hijos, amigos. ¿y que me quedo a parte de la
ingente pasta?
nada,
le respondí
nada,
dijo
se
marcho feliz
esa
mañana termino cuando me hice con una identidad falsa carísima
multifuncional, me lo gaste todo en ella.
luego
pedí créditos enormes en todos los bancos
que encontré.
luego
compre el museo y puse gratis la entrada.
luego
vendí todos los cuadros a ricos del mundo
y llene las salas del museo con lienzos en blanco y pinturas y
pinceles para que cualquiera pintara lo que quisiera.
luego
compre todos los coches de la ciudad.
que
aplaste en cubitos en un desguace con los que hice una escultura
enorme que podía verse desde el cielo, para que todo el mundo
pudiese verlo desde Google maps.
se
podía leer "busca el amor, y una furgo que se llama super
bocatas y deja de ver la tele, café gratis
en el museo del prado"
luego
compre todos los burros de España y se los di a la gente para que
fueran de aquí para allá.
finalmente
me fui a casa.
Que
tengáis un buen día.
Saludos
señor, su entrada me ha inspirado, espero no ofenderle, no es mi
intención.
Me
gusta su blog
Atentamente
Johnson Ulises.
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