Me acosté a las cuatro de la mañana,
incluso mate una cucaracha, por ti.
No tendí la ropa porque de noche las
brujas se reúnen lejos y los búhos solo escrutan, no cuentan nada.
Desde el salón puedo oírte dormir,
desde aquí puedo olerte y embriagarme con la imagen de tus ojos
cerrados.
Estuve masturbandome pensando en tú
mejor amiga, pero sabes que te quiero. Ayer te hice un perrito
caliente con mostaza y todo, incluso te acompañe a la playa, me la
pase mirando las tetas de las que hacían topless en los fugaces
instantes en que no me mirabas, porque yo solo tengo ojos para ti.
La aplasté con una zapatilla, la
izquierda. La miré largo rato para asegurarme que estaba muerta, no
quería que sufriera.
Paz y amor.
Me quedé sobao en el sofá.
Por la mañana cuando la viste...
- Eres un guarro-.
Es una ofrenda.
- ¿Por qué no la recogiste?-
Quería que vieses cuan valiente soy,
lo que estoy dispuesto ha hacer por ti.
He estado consultando catálogos de
escopetas.
Una Mossberg es ideal.
La colgaré en la cabecera de la cama
como símbolo fálico del héroe protector, seguro que te excita en
cantidades desproporcionas.
- haz café anda y recoge eso-.
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