Esa
mañana un niño se sentó bajo un árbol del jardincito frente a la
ventana de su cuarto, los niños son como esponjitas. Repetidas veces
había visto a un adulto buscar la protectora sombra del plátano, Se
fijo que acompañaba con un libro las mañanas del mirlo, los
mediodías de los gorriones y la algarabía de la urraca que merodea
la ausencia de todos, en busca de tesoros abandonados o perdidos. Hoy
cogió su gorra favorita, verde matorral, pensó que así podría
mimetizarse con la flora, y formar parte de aquel cercano biotopo,
que la madre de todos mantenía resistente, al avance del cemento
axfisiante y el hormigón imponente. Apenas unos minutos del comienzo
de la lectura, decidió moverse unos metros para que el sol le regara
la piel tierna de infante soñador, cerro los ojos para mirarlo
respetuoso y aspiro una bocanada de vida tibia invisible, que sus
pulmoncitos se tragaron con avidez. En ese momento un Peugeot 208 que
salia a toda prisa despues de alunizar un banco atracado, esquivo un
vehículo de la policía envistiendo el parquecillo justo en la linea
del crío, el árbol plátano se desplazó tres metros interceptando
el ariete asesino metálico, parándolo en seco, destrozándole el
frontal, machacándole el motor tractor indiferente. La gorra del
niño voló unos metros delante suyo, giró la cabeza golpeada por el
aire desplazado en el impacto y vio un gigante que le abrazaba,
envolviéndole en color verde, como el de su gorrita. Esa noche se
sentó junto al fuego con el libro cerrado sobre el regazo, en las
llamas pudo ver una sonrisa, los tocones recién cortados que su
padre había comprado esa tarde, le crepitaban promesas atemporales,
tranquilo, mañana tu me abrazaras a mi y yo leeré ese libro, Hasta
entonces, no vuelvas a cerrarlo por nada.
Señor,
su relato maravilloso me ha inspirado, espero que eso no le resulte
ofensivo.
Atentamente
Johnson Ulises.
Te lo dije en mi blog, Johnson, me has regalado una historia que me gustó más que la mía, no hay vueltas...
ResponderEliminarEso sí, Humberto va con 'H', aunque se encapriche en su mudez. (Perdón)
Un fuerte abrazo.
HD
Ya esta reparado, me voy a tatuar esa muda en algún sitio. (Perdón)
ResponderEliminarA mi tu cuento me lleno de fuerza, un impulso, y eso te lo agradezco, porque salio de ahí.
Un ultra abrazo.
JU